El título
elegido para el presente capítulo de este Blog, no sería del todo correcto si
se lo analiza en profundidad o podría prestarse a confusión, por que las
palabras “Retorno” y “Cristo” tienen evidentemente connotaciones para el
trasfondo psicológico humano relacionadas al mensaje bíblico. No obstante, el
título representa ‘la temática’ a tratar; cada lector tendrá que hacer sus
propias reflexiones para llegar a desmitificar el conocimiento; ya que la
función en este Blog es tan solo ofrecer reflexiones, así como también material
del tipo “canalizado”, pero no para que se tome como “la verdad”, sino como un
punto de partida para el investigador abierto.
La
palabra “Cristo” ha sido muy vapuleada en las culturas humanas, y en la
interpretación más popular, podemos decir que se la vincula directamente a la
persona del Jesús histórico y bíblico. Por eso los cristianos comúnmente hablan
de Jesús y de Cristo, como sinónimos. En la comprensión popular de la religión
más numerosa del mundo, el Catolicismo, el Hijo de Dios y del hombre es Jesús;
pero para quienes profundizan en la Teología cristiana, Jesús y Cristo no son
la misma cosa, sino que Cristo es el Hijo o emanación directa de Dios, y Jesús
es ‘la carne’, la persona humana. A
partir de la “Unión Hipostática”, la unión de lo divino con ‘la carne’, podemos
hablar de “Jesucristo”. Es
decir que JESUCRISTO sería CRISTO encarnado en la persona humana de Jesús (obsérvese que se habla de “Encarnación”,
no de reencarnación).
Esta distinción entre Jesús y Cristo, aunque evidente para el Teólogo, no lo es
para muchos fieles…
Además la
palabra Cristo (según el Glosario Teosófico),
deriva de “Chréstos” y “Christos”, (del griego); primitiva forma
gnóstica de ‘Cristo’. Antiguamente Chréstos
era la designación que se daba a un discípulo puesto a prueba para las
Iniciaciones espirituales; cuando ya pasaba esas pruebas era ungido (con
aceite) y cambiaba su nombre en Christos,
“el purificado”. Así que, según estos conceptos, todo ser humano puede, atravesando
las pruebas de purificación correspondientes, convertirse en un Christos o Cristo.
En realidad,
si ahondamos en conceptos teosóficos, veremos que la palabra Cristo se puede entender
de diferentes maneras. Por un lado, en cuanto al tema JERARQUÍA ESPIRITUAL
PLANETARIA, “Cristo” sería ‘un cargo’, no un ser. Es decir, que el Logos
Planetario, la Cabeza Jerárquica del Planeta posee tres departamentos
principales para ejercer su Gobierno y llevar adelante el Plan; esos
departamentos son:
1-
El
del Manú
2-
El
del Cristo
3-
El
del Mahachohan
El departamento del Cristo es el área de INSTRUCCIÓN MUNDIAL,
en la cual se pueden desempeñar distintos seres, ya que los cargos no son
inamovibles, eternos o fijos. Esto es así a nivel de los Logos menores, como de
planetas o soles, pero a nivel universal, existe un Instructor Único y Soberano
absoluto, que es el Cristo Universal, Micael (según el Libro de Urantia).
Por otro
lado, en Teosofía, Cristo se puede considerar como sinónimo de Buddhi. Buddhi es una región o plano dentro del sistema solar y por lo tanto,
y a la vez, es uno de los principios constitutivos del hombre, quien se mueve, vive y tiene su ser en el
Cuerpo del Logos Solar. Para ser mas precisos, Buddhi es el plano superior a manas
(mente); plano o región a la cual el ser humano puede acceder en forma
vivencial y consciente solo si se purifica, elevando las vibraciones de sus
vehículos inferiores con una vida sana, ética y limpia en todo sentido. De lo
contrario Buddhi no despertará como
consciencia, sino que seguirá dormido en el interior del hombre, ofreciendo
señales que serán muy leves o inconscientes, ya que el ser humano que solo vive
a través de los deseos y sensaciones fugaces de la vida material, no puede oír
las señales de lo sutil. De allí la necesidad de la PURIFICACIÓN.
Buddhi también puede tomarse como
sinónimo de Sol o Conciencia Solar, o “Hijo”. Buddhi es el “intermediario” entre ‘la carne’ (la persona humana) y
‘el espíritu’ (mónada). Buddhi, teosóficamente hablando, es en
realidad la primera región interna, más allá de la mente pensante, en la cual el hombre puede sentir y comprender
en forma vivencial “LA UNIDAD DE LA VIDA”. Por eso en el mensaje bíblico,
en la vida y obra de Jesús y en sus palabras, es clara la alusión permanente a
la “Unidad de la Vida”. Evidentemente ‘el Instructor’ no podía hablar en forma
científica, teosófica, a la gente porque no existía preparación de los oyentes
para hacerlo, por eso ponía sus enseñanzas en parábolas y cuentos; pero siempre
todo apuntó hacia la Unidad de la Vida, que es el Amor imperecedero e
impersonal.
Hay que
entender cuál es el verdadero origen de la Sabiduría de las Enseñanzas que de
la persona de Jesús manaron: Fue el Cristo en él, y por él. La base de tal
enseñanza es la UNIDAD DE LA VIDA, es decir que vino a enseñar al hombre el camino
de Retorno al Padre (el Espíritu Uno); y para hacerlo él dijo palabras como
estas:
“YO SOY EL CAMINO, LA
VERDAD Y LA VIDA”
“NADIE VA AL PADRE SINO
POR MI”
Con estas
palabras deja en claro que para acceder a la Unidad de la Vida, representada
por la palabra “Padre”, hay que atravesar por Buddhi primero, región de conciencia donde comienza a traslucirse
esa UNIDAD. Cuando dice “Yo Soy el camino…,
nadie va al Padre sino por Mí…” se refiere a Buddhi universal, y en cada hombre.
Buddhi, entonces, es un plano al cual el
hombre debe acceder en forma consciente, vivencial; es decir, activando y
vitalizando “materia” de dicho plano en su consciencia; y cuando esto ocurre se
manifiesta como vivencia de la unidad, en formas variadas. La INTUICIÓN,
entendida como esencia o ‘razón pura’ de todas las cosas, es Buddhi activada.
Según
algunos conceptos manifestados hasta ahora, a algunos podría ‘sonar’
inapropiado hablar de “Retorno de Cristo”, ya que tomando a Cristo como
sinónimo de Buddhi, y siendo este un
plano o región…, no sería correcto hablar de “retorno” o “regreso”, ya que un
plano siempre permanece en su lugar… Sin embargo, siendo Buddhi una región dimensional a la cual el hombre debe arribar
despertando ‘materia consciente’ de
dicho plano, a la vez, es una región “habitada” por todos aquellos seres que
ya han conquistado dicho plano; y a la cabeza de estos seres, está el Cristo
Cósmico, por ser quien posee mayor y más acabada Conciencia de Unidad, o Conciencia
Solar. Por lo tanto, si bien Buddhi es
un plano al cual el hombre debe acceder con la evolución, también representa un
Cielo elevado desde donde el Gran Padre de la Unidad de la Vida, El
Cristo Universal, puede decidir, cuando lo ve necesario según los
requerimientos de la evolución, “RETORNAR” a la materia. El grado de ese “Retorno”
o “Venida” es proporcional a la necesidad evolutiva de la Raza humana en cada
tiempo.
Ese “retorno”
ha ocurrido, “parcialmente”, durante la historia de la humanidad, a través de Iniciados
y discípulos avanzados que han encarnado en el mundo para traer la palabra y
energía del Cristo. Pero en ninguna de esas ocasiones tuvo la grandiosidad, presencia
y repercusión que tuvo la vida de Jesús en la humanidad. La presencia del
Cristo, el Gran Instructor de la Sabiduría, estuvo tan integrada en Jesús, como
en ningún otro mortal desde entonces. Sin embargo, y ya para entrar más
directamente en el tema que el título nos señala, muchos creen que Cristo ha
retornado de una manera especial en el siglo XX. Veamos.
Nos estamos
refiriendo a KRISHNAMURTI. No me explayaré lo que sería necesario explayarse
sobre este tema para que se entienda por qué decimos que en Krishnamurti se
hizo presente una vez más Maitreya, el Cristo; por que a esa conclusión solo
puede llegar quien investiga, observa y profundiza. Para saber por qué
decimos esto hay que entrar de lleno en la vida y obra de este hombre. No solo
con leer o escuchar sus conferencias es posible deducir lo dicho, sino que es
necesario leer su Biografía (especialmente las de Mary Lutyens, 3 libros, biografías revisadas por el
mismo K. en vida). Más
allá de las encontradas y polarizadas opiniones sobre si fue Krishnaji, como también se le llamaba, el “vehículo”
humano elegido por el Cristo para instruir al mundo en esta ocasión, es
innegable que krishnamurti está reconocido como uno de los pensadores más
revolucionarios del siglo XX. Todo su mensaje giró en torno a una nueva
conciencia en el hombre, a una “revolución de la conciencia”, cuya naturaleza
sería LA UNIDAD DE TODA LA VIDA.
Krishnamurti
fue descubierto durante su infancia por el entonces Teósofo “Leadbeather”,
quien clarividentemente pudo ver en el joven muchacho un aura de gran belleza y
pureza. En aquel entonces, ya se esperaba el regreso del Instructor del mundo,
Maitreya, vaticinado por la misma Blavatsky, pero se pensaba que vendría más
tarde, aunque sin tener idea de fechas exactas… Por eso este hallazgo de
Leadbeather, con sus propias señales internas de confirmación, los sorprendió
en un primer momento. Habían encontrado “el vehículo” que sería empleado por el
Cristo para su regreso, con el objetivo de ofrecer en forma directa una profundización y esclarecimiento de las
Enseñanzas a al humanidad.
A partir de
allí, la historia de la Sociedad Teosófica y de Krishnayi, atravesaron por
muchas etapas. Annie Besant, la entonces presidenta de la S.T., dedicó su vida
al cuidado de joven K.; pero muchos otros se unieron a esta tarea, para poder
ayudar a criar y educar al joven muchacho que estaba señalado por los Maestros
como “el vehículo”.
Krishnamurti, en su
juventud, comenzó a tener una preparación de su cuerpo, cerebro y mente que por
su naturaleza y efectos desconcertó a los teósofos que cuidaban de él. Sufría
de dolores muy fuertes en distintos lugares de su cuerpo, especialmente en la
cabeza, y a lo largo de la columna vertebral. Esos dolores a veces producían
desmayos por su intensidad; pero K. jamás tomó calmante o medicación alguna,
por que sabía que todo por lo que estaba pasando formaba parte de “la
preparación” de su vehículo, para que eventualmente Maitreya pudiese venir a
manifestarse a través del mismo. Soportó todos los dolores durante décadas, ya
que esa preparación era permanente. Los ataques y dolores paraban cuando tenía
que dar conferencias o viajar en giras de conferencias. Pero cuando tomaba un
período de descanso, los dolores volvían, la preparación o bien, “el proceso” (como él le llamaba),
proseguía.
K. era un su
juventud un muchacho infeliz; la compañía y apoyo permanente que tenía y todos
los conocimientos de teosofía y educación que había tenido no podían llenar el
vacío que sentía…; hasta que a sus 27 años de edad, mientras vivía uno de sus
peores momentos de dolor, tuvo una experiencia interna que lo cambió para
siempre. En dicha experiencia Maitreya, el Buda y Kuthumi se le hicieron
presentes en una atmósfera de paz y amor indescriptibles. Esa experiencia está
relatada por el hermano de K., Nitya, y por el mismo K., y se pueden leer en
las Biografías de K. por Mary Lutyens.
Cuando
decimos que Cristo retornó en Krishnamurti, solo estamos afirmando que Su
Presencia se manifestó en él, pero el grado en que se manifestó esa Presencia,
fue proporcional a la preparación que se pudo lograr en tal vehículo humano; y
eso, solo los Maestros lo conocen.
Hay quienes no han interpretado correctamente
este tema, como por ejemplo el conocido escritor brasilero Trigueirinho, quien
en su gran obra “Léxico Esotérico”, la cual merece nuestro respeto, dice en el
tema “REAPARICIÓN DE CRISTO”:
“Paul Brunton dice que
un error frecuente que se comete con los líderes espirituales es creer que son
una reencarnación de Cristo. De hecho, se incurrió en este error a principios
del siglo XX, cuando tal papel le fue atribuido a Krishnamurti. Sin embargo, él
se negó a desempeñarlo…”
En primer
lugar allí se habla de “reencarnación” de Cristo, lo cual es un error en lo que
se refiere a Krishnamurti, por que todo el mundo teosófico sabe que K. no era
la “reencarnación” de Cristo, sino un “vehículo” puro y apropiado al cual, con
la debida preparación, el Cristo podría descender con su Presencia para
Instruir. Ese es el primer error, y no es menor… El 2° error en ese párrafo
aparece donde dice que K. se negó a desempeñar ese papel… Esto no es así, ya que
el mismo K. sabía y aceptaba “el proceso” interno, los dolores, desmayos y las
experiencia místicas que tubo a lo largo de su vida, como algo necesario,
consecuencias y efectos de una preparación, para que Cristo pueda expresarse lo
mejor posible a través de su persona. Considero de valor la obra de
Trigueirinho, pero este error no se puede dejar pasar…
Por último,
y para cerrar esta reflexión, diremos que las reapariciones de Cristo, como
expresiones de algún grado de Su Presencia a través de ciertos vehículos
humanos preparados, es un tema diferente al del “RETORNO DE CRISTO CON PODER Y
GLORIA”, tema que se consideró en otra entrada de este Blog. Cristo ha
reaparecido en más de una ocasión, y muchas veces sin ser reconocido, como les
sucedió a los discípulos de Emaús…, y en Krishnamurti reapareció en forma de
Instructor Mundial, lo cual generó una revolución filosófica y vivencial en la
humanidad, al menos, y hasta ahora, en la parte de la humanidad que siguió sus
enseñanzas.
En cuanto al
Retorno con poder y gloria…, ese ya no será para instruir a las almas, sino
para dar fin a un ciclo. Pero ese día, nadie lo conoce…, solo el Padre en los
cielos. Y esto, es cuestión de Fe.
PAZ Y BIEN
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